Puede que suene a típico, pero es que si tú te vas, no me queda nada. No me queda nada por lo que levantarme cada mañana, nada por lo que seguir luchando, nada por lo que seguir sonriendo, nada por lo que vivir.
Ha habido días en los que quise abandonar todo, darlo todo por perdido, dejar la partida. Pero cuando me iba a rendir aparecías tú. Tú y tus abrazos, tú y tu sonrisa, tú y tu mirada, tú y tus "Tonta". Tú y solo tú. Y me salvabas. De alguna forma, tú eres mi héroe. Pero volvamos al principio porque si tú te vas, ¿quién me salvará?
sábado, 23 de junio de 2012
Son esas cosas, esas pequeñas cosas las que me alegran los días. Si, son cosas muy pequeñas como una sonrisa, una mirada, un "Tonta". Para muchos no es nada valioso, pero para mi, es el mejor de los regalos. Todo esto se resume en un "Estando tú aquí, a mi lado. Para siempre" pero, ¿sabes? los "Para siempre" no siempre son infinitos, al igual que los "Infinitos" no son para siempre.
martes, 19 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
He aprendido.
sábado, 16 de junio de 2012
No te pido.
No te pido un "A tres metros sobre el cielo", no te pido un "Buenos días, Princesa", no te pido un "Bésame, bésame como si fuera la última vez", no te pido un "Te quise desde la primera ve que te vi. Te quise incluso antes de verte por primera vez", no te pido un "Me haces querer ser un hombre mejor", ni mucho menos un "He nacido para besarte". ¿Sabes? Con un simple "Te quiero", me basta.
Eres feliz, somos felices.
Me duermo y sueño. Sueño contigo, sueño con nosotros. Tú estás a mi lado con tu preciosa sonrisa y tu cara bonita. Tus ojos marrones brillan más de lo habitual, eres feliz, somos felices. Juntos. Me abrazas y yo te repito que te quiero, que eres lo único por lo que sigo adelante, que no quiero que te marches, que te quiero aquí, a mi lado. Tú me abrazas más fuerte y me susurras al oído que me quieres, que siempre estarás a mi lado y que soy la razón de que tus ojos marrones brillen más de lo habitual. Es todo precioso, perfecto, un sueño. Y un sueño, sueño es.
Llora, sin derramar ni una lágrima.
Si tienes que llorar, llora, llora sin miedo, llora con ganas. Llora y deja fuera todos tus temores, todo tu mal estar. Llora y aprende a llorar sin derramar ni una lágrima. Es difícil, no digo lo contrario, pero a todo te acostumbras.
viernes, 15 de junio de 2012
Cuando la única salvación eres tú misma.
Ya no sabes que hacer. A tu corta edad, y la vida ya te ha llenado de golpes. Sientes impotencia, no sabes muy bien que debes o no debes hacer en esta situación. Todo es extraño, diferente y nadie te ayuda a seguir. De repente te ves tú sola metida en esto, y tú sola tienes que salir. Nadie está ahí para echarte una mano, esa mano que tanto necesitas, esa mano. En ese momento, en el que percibes que la única salvación eres tú misma, ese jodido momento, y tendrás que luchar y seguir luchando. Ser fuerte, porque nadie va a ser fuerte por ti y, ¿sabes? dolerá, claro que dolerá, pero tienes que hacerlo. Eres tu única salvación.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)