¿Recuerdas aquel día en el que estabas tan mal? Sí, yo estaba a tu lado, puse mi mano sobre la tuya y dije "Estaré a tu lado siempre que me necesites, para lo que necesites, cuando lo necesites. Siempre", me miraste, sonreíste y me contestaste "Gracias, Idiota" y volviste a poner esa cara triste, entonces yo te agarré la mano con fuerza, con mucha fuerza, te miré y dije "Pero no te caigas, porque si tú te caes, ten por seguro que yo caeré detrás".
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