miércoles, 31 de diciembre de 2014

365 más.

Una vez más,
toca hacer balance
de lo que nos ha pasado
en este 2014 que ha volado.
Empezaremos con lo típico:
que no ha sido del todo malo,
pero que siempre puede ser mejorado.
Pero siendo sinceros,
yo os diría que no recuerdo
qué pasó en enero,
aunque en febrero
me armé de valor
para hacerme más viejo,
y llegar a marzo
con 17 años.
De abril tengo claro
que si algo destaco,
es ese día señalado.
Metida en mayo
sólo hablaría de cansancio,
y ya en junio,
lo mismo redacto
al pensar en los finales
de primero de bachillerato.
Por fin el aclamado verano,
por fin hay descanso.
De un julio tranquilo
a un agosto en Bilbao,
que acabó con nosotros
para el resto del año.
Aunque al llegar septiembre
empieza el calvario,
otra vez empezamos,
hay que decirlo con cuidado:
segundo de bachillerato.
Ya en octubre te empiezan a estresar:
que si selectividad por aquí,
que si selectividad por allá,
así que en noviembre ya ni te cuento,
que dan ganas de coger una cuerda,
y atársela al cuello,
pero como somos fuertes
y aguantamos,
hasta diciembre llegamos,
donde nos dan las vacaciones,
pero nos mandan más trabajo.
Y llegando ya el fin del año,
yo sólo espero
que el 2015 venga cargado
de justicia que, hoy en día,
es lo que más necesitamos.
También pido
que no me falten los míos,
que a día de hoy,
es lo único que necesito.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Corazón bajo cero.

Ahí afuera ya es invierno,
a un grado
bajo cero.
El tiempo se hace
eterno.
Perdida en tu regazo,
¡joder, lo siento!
Aún no sé
cómo no echarte de menos.
Cayendo en picado,
perdiendo el tiempo,
contando las horas,
pa’ verte de nuevo.
Siempre corriendo,
siempre al filo,
tejiendo los hilos
para volver a mi camino
y reencontrarme contigo.
Nunca me despedido,
por si acaso te olvido,
aunque estas calles sin luces
te llamen a gritos
pidiendo clemencia,
rozando la inocencia
o callando con paciencia
la cordura que perdimos
en aquel invierno frío.

jueves, 18 de diciembre de 2014

    Centro comercial Camelias: Zara


"E por último aquí está
O modelo de industria
De mulleres
En cadea
Un modo de produción
Sumamente rendible
Para a economía do país
Mágoa que se axuste tan pouco
Ó produto autóctono
De carnes tradicionalmente alimentadas
Con botelos, touciños e lacón
A revolución industrial.
As mulleres de talle 36
Embutidas no que antes
Utilizariamos 
Para facer uns bos chourizos.
Todas iguais
Unha por unha.
Unha produción ilimitada
Nun mercado mutilador
Se cadra agora haberá que xustificar
Que segue sendo humana
Mesmo se non cabe
Na roupa de Zara."

                         María Reimóndez.