domingo, 28 de octubre de 2012

Y así.

Después de todo este tiempo, después de todo esto, después de toda esta mierda, después de toda esta sociedad, digo, SUCIEDAD, he aprendido que llorar no sirve de nada, claro que no, pero a veces lo necesito y no sé el motivo de necesitarlo, pero es una necesidad que solo se calma así, llorando. No, no quiero dar pena, nunca quise y nunca lo querré, pero hay días en los que quiero estar sóla y llorar, por motivos, por recuerdos, por palabras, por sucesos, por razones, por todo.
"Sin miedo a llorar y aparentar ser el más fuerte" dice una canción, y así soy yo, que me seco las lágrimas y pinto una sonrisa falsa en mi cara y contesto un "Bien" a todos los que me preguntan "¿Qué tal estás?". Hay veces en las que de verdad, no sé de donde saco estas fuerzas para sonreír, para seguir, para luchar. No lo sé. Pero aquí sigo sin saber el motivo, pero sigo.

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