Que te di la llave de mi crazón y que tú la perdiste, la rompiste, al igual que mi corazón, que sigue latiendo solo por cortesía, solo por intentar aparentar que está bien, como yo, que con una sonrisa y un "Bien. Y tú, ¿qué tal?" hago que nadie desconfíe de todo lo que en realidad me pasa.
Y ahora, ¿qué hago? ¿qué me pasa? ¿por qué sigo aquí?
No sé que hacer, no sé que me pasa, no sé, ni entiendo, ni quiero seguir aquí.
Pero lo peor no es que tú rompieras mi corazón. Lo peor es que solo tú puedes arreglarlo.
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