viernes, 21 de junio de 2013

Escribir en tercera persona para que duela menos.

Le encantaba verle feliz, verle sonreír. Le encantaba mirarle a esos preciosos ojos marrones y acariciar su pelo. Le encantaba hacerle sonreír y que él la hiciera sonreír. Le encantaba darle abrazos y reírse con él. Le encantaba estar a su lado y rozar su piel. Le encantaba hacerle rabiar y decirle que era idiota. Le encantaba tenerlo cerca. Pero pasaron horas, días, meses y ella lo seguía queriendo más que a todo. Le echaba de menos y como una ilusa más creía que todo volvería a ser como antes, pero nada volvería a ser igual aunque le seguía encantando verle feliz, verle sonreír, mirarle a esos preciosos ojos marrones y acariciar su pelo. Aunque le seguía encantando hacerle sonreír, darle abrazos y reírse con él. Aunque le seguía encantando estar a su lado y rozar su piel. Aunque le seguía encantando hacerle rabiar y decirle que era idiota. Aunque le seguía encantando tenerlo cerca o, mejor dicho, aunque quería seguir teniéndolo cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario