Tú y yo somos de dos mundos completamente distintos. Tú tan de avenidas anchas, de calles interminables, de monumentos enormes, de gárgolas en los campanarios, de luces infinitas. Yo tan de pequeñas avenidas, de callejuelas interminables, de monumentos a medias, de barbaries tras cada piedra, de ruinas infinitas. Tú tan ciudad de los enamorados, ciudad de las luces. Yo tan ciudad de las piedras, ciudad en ruinas. Tú tan acento francés, yo tan acento italiano. Tú tan París con todas sus luces, y yo tan Roma con todas sus ruinas.
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