martes, 7 de octubre de 2014

Que ironía, añoro estar vacía.

Llevo tantos días con estos pensamientos y sentimientos acumulados dentro de mí, que ya se están volviendo como de la familia y, ahora mismo, daría todo lo que fuera por ponerme a escribir sobre ellos y sacarlos de mi interior, pero no puedo. Es extraño, sé exactamente cómo me siento, pero no sé explicarlo.
Ya ni siquiera recuerdo cómo era eso de sentirse vacía por dentro, sin nada que te carcomiera las entrañas, ni recuerdo cómo era eso de no sentir nada, de que nada me importase y que todo me diera igual.
Qué ironía, añoro estar vacía.

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