" -¿Qué has dicho? -Me acerqué a ella y coloqué mi mano en la parte baja de la espalda.
-Chisss. Estoy durmiendo.
Así tal cual. De cien kilómetros por hora a dormirse en un nanosegundo. Yo quería acostarme junto a ella en el sofá, abrazarla y dormir. No follar, como en esas películas. Ni siquiera practicar sexo. Solo dormir juntos, en el sentido más inocente de la expresión. Pero me faltaba valor, y ella tenía novio, y yo era torpe, y ella era preciosa, y yo era un aburrido sin remedio, y ella era fascinante hasta el infinito. Así que regresé a mi habitación y me dejé caer sobre la litera, pensando que, si las personas fueran lluvia, yo sería llovizna y ella, un huracán."