Un mes, eme, un mes.
No puedo mentirte, en este mes ha pasado de todo y hemos vuelto a reír a veces, a querer mucho, a cantar sin ti.
Seguimos porque la vida así nos obliga, pero algo dentro de nosotros se ha parado. Sigues aquí, te seguimos recordando sin créernoslo todavía.
¿Sabes? Me gustaría decirte que todo va bien, pero no podría mentirte. No he vuelto a dormir bien la noche del jueves para el viernes, al igual que no lo hiciste tú en esa fatídica noche de hace un mes. Sigo llorando por ti, aunque cada vez intento hacerlo menos. Y sí, como ya te he dicho hemos vuelto a reír, pero sigo sin poder escuchar tus canciones y me duele cada una de ellas que no eran tuyas, pero que me recuerdan a ti. He vuelto a ver tus fotos una última primera vez más, por fin he sido capaz, y no me canso.
Éramos de hierro y sin ti nos volvimos cristal.
Ojalá puedas entender que aunque nunca digamos nada, todos seguiremos sin una parte dentro, sin esa que tú te llevaste.
Y que da igual el tiempo que pase: tu camiseta seguirá en el campo marcando ese gol en el último momento, tu instrumento seguirá dando la nota que falta en el momento adecuado, tu sonrisa seguirá iluminándonos y tu presencia seguirá a nuestro lado.
¿Y ahora qué? Es la pregunta que nos llevamos haciendo todos estos días... Este va a ser un año muy largo, lleno de recuerdos en todos los lados (lleno de ti), pero seguiremos contigo, seguiremos por ti. Créeme eme, lo hacemos lo mejor que podemos, pero a veces nos caemos.
Siempre te querremos.
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