Puede que suene a típico, pero es que si tú te vas, no me queda nada. No me queda nada por lo que levantarme cada mañana, nada por lo que seguir luchando, nada por lo que seguir sonriendo, nada por lo que vivir.
Ha habido días en los que quise abandonar todo, darlo todo por perdido, dejar la partida. Pero cuando me iba a rendir aparecías tú. Tú y tus abrazos, tú y tu sonrisa, tú y tu mirada, tú y tus "Tonta". Tú y solo tú. Y me salvabas. De alguna forma, tú eres mi héroe. Pero volvamos al principio porque si tú te vas, ¿quién me salvará?
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