Aunque tu no lo sepas, me he inventado tu nombre, me drogué con promesas y he dormido en los coches. Aunque tú no lo entiendas, nunca escribo el remite en el sobre, por no dejar mis huellas.
Aunque tú no lo sepas, me he acostado a tu espalda y mi cama se queja fría cuando te marchas. Y he blindado mi puerta y al llegar la mañana, no me di ni cuenta, de que ya nunca estabas.
Aunque tú no lo sepas, nos decíamos tanto. Con las manos tan llenas, cada día más flacos. Inventamos mareas, tripulábamos barcos, yo encendía con besos el mar de tus labios.
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