Y llueve. Un 19 de diciembre pasado por agua (como muchos otros supongo). Son las siete y bastante de la mañana y no he dormido una mierda y no sé, estoy triste. Quizás por todo, a lo mejor por nada, así sin más, una caída de tantas. Pero hoy me gusta esta lluvia, me encanta, me apasiona, me escuece, me mata, me recuerda y me tira. El día está triste y en el fondo eso me gusta me gusta que el día esté tan triste como lo estoy yo. También es cierto que esta agua fría lastima cuando se mezcla con el dolor que lloran mis ojos, aunque me gusta más la idea de que la lluvia me protege, de que me abriga, de que me cuida aunque me entristezca.
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