domingo, 20 de julio de 2014

Con el folio en blanco y tú en mi cabeza, que jodida se está volviendo esta guerra, eh.

Escribir, escribir se escribe por alguien o por algo, quizás para algo; para llenarse o desahogarse, para perders(t)e o encontrars(t)e, para entristecerse o alegrarse, para querer(te) u olvidar(te) el mundo que te rodea, pero lo cierto es que yo ya no encuentro esas razones por las que escribir, no sé por qué, pero lo cierto es que ya no tengo esa necesidad de escribir y sacar fuera todo lo que llevo dentro, quizás porque no encuentro las palabras adecuadas o quizás porque ya no siento nada y, sinceramente, escribir sin ganas es como el que sigue respirando pero en realidad está muerto por dentro, es como beber sin sed, comer sin hambre o dormir sin sueño. Y lo peor no es que no tengas ganas de escribir entradas en mi blog o tweets en mi cuenta, lo peor es que no tengo ganas ni de escribirle a mucha gente para hablar con ellos, sólo quiero encerrarme conmigo misma y estar con mis amigos más cercanos. Supongo que dejé muchas puertas entreabiertas, muchas páginas sin pasar, muchos capítulos sin acabar y muchos libros sin colocar y, ahora, es el momento de cerrar, aclarar y colocar todo lo que quedó a medias.

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