miércoles, 3 de septiembre de 2014

Esta noche, podría escribir los versos más tristes.

Esta noche, por muy raro que suene, no es mi día, porque podría ver la película más triste del mundo, podría leer el libro más triste del mundo, esta noche podría tocar la melodía más triste de todo el universo con el instrumento más triste del mundo, podría escuchar la voz más triste de todas anunciando la noticia más triste de todos los tiempos, o podría poner la canción más triste que encuentre en mi móvil porque, esta noche, todo eso sonaría alegre y divertido comparado conmigo. Sí, al fin y al cabo, todos sabemos que estoy exagerando, pero esta niche ya no puedo más. Supongo que por todas esas cosas que debí echar fuera y no lo hice, por todas esas cosas que decía haber olvidado pero que conservaba dentro, muy dentro. Y mentiría si dijera que no me están cayendo las lágrimas mientras escucho a Pablo Hasél en mis cascos, porque quizás esta noche no sea mi noche, quizás no sea ni mi día, quizás no sea ni yo, pero, ahora, esta noche, podría escribir los versos más tristes.

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