Fue difícil olvidarme de ti,
porque eso significaba
olvidarme también de mí.
Tuve que olvidarme de tu número de teléfono,
de tu forma de vestir
y tu manera de pensar.
Tuve que desaprender el camino hacia tu casa,
la melodía de tu voz
y el sonido de esa canción
(de tu canción).
Tuve que dar marcha atrás en tu sonrisa,
en tu cuello
y en los lunares de tu espalda.
Tuve que destruir tus cartas,
lo bonito de tus palabras
y mis ganas de ti.
Tuve que quemar tus recuerdos,
tus caricias
y tus secretos.
Tuve que aprender a ser sin ti,
amor.
Tuve que aprender a ser
sin mí.
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