Antes que estas líneas, he escrito más y más, más, todavía más, muchas más, porque hay algo dentro de mí que quiere salir pero no sabe cómo hacerlo. Empiezo a escribir pero, sin más, freno en seco. Doy marcha atrás con la esperanza de poder girar en medio de esta carretera y que no haya línea continua o que no sea un movimiento suicida, pero por más que lo intento, no consigo girar y cambiar de sentido paara salir a donde yo quería llegar, y ante tanta impotencia que siento por querer llegar y no poder hacerlo, opto por salir (beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente y llegar a la cama y, ¡joder qué guarrada sin ti!) corriendo de alli, para intentar olvidarme de todo, pero tampoco puedo. No sé, es como si estuviera incompleta, como si faltase un trozo de (ti en) mí, como si cada vez que intento acabar la maniobra faltara un trozo de carretera, supongo que es lo que tiene sentirse incompleta (sin ti), que cada vez que intentas acabar falt(...)
jueves, 31 de julio de 2014
domingo, 20 de julio de 2014
Con el folio en blanco y tú en mi cabeza, que jodida se está volviendo esta guerra, eh.
Escribir, escribir se escribe por alguien o por algo, quizás para algo; para llenarse o desahogarse, para perders(t)e o encontrars(t)e, para entristecerse o alegrarse, para querer(te) u olvidar(te) el mundo que te rodea, pero lo cierto es que yo ya no encuentro esas razones por las que escribir, no sé por qué, pero lo cierto es que ya no tengo esa necesidad de escribir y sacar fuera todo lo que llevo dentro, quizás porque no encuentro las palabras adecuadas o quizás porque ya no siento nada y, sinceramente, escribir sin ganas es como el que sigue respirando pero en realidad está muerto por dentro, es como beber sin sed, comer sin hambre o dormir sin sueño. Y lo peor no es que no tengas ganas de escribir entradas en mi blog o tweets en mi cuenta, lo peor es que no tengo ganas ni de escribirle a mucha gente para hablar con ellos, sólo quiero encerrarme conmigo misma y estar con mis amigos más cercanos. Supongo que dejé muchas puertas entreabiertas, muchas páginas sin pasar, muchos capítulos sin acabar y muchos libros sin colocar y, ahora, es el momento de cerrar, aclarar y colocar todo lo que quedó a medias.
domingo, 6 de julio de 2014
Escribir(te) a las 03:11.
Vaya, vuelven los viejos tiempos, sí, ya sabes, esos tiempos en los que a las tantas y escuchando una canción me entraban estas ganas de escribir(te). No sé, ya hacía mucho que no estabas por mi cabeza y ya tardabas en aparecer, destrozando todo a tu paso, claro, ¡para no perder las viejas costumbres! Que vienes y me desestabilizas con esa canción, esa puta canción, tío. Y aunque hoy me destrozas, tu huracán ya se está convirtiendo en tormenta tropical, y poco a poco va perdiendo intensidad, y aunque la lluvia golpea los cristales a las 03:11 con la puta canción de fondo, ya no es como en los viejos tiempos (¡parece que, al fin y al cabo, sí que cambian las viejas costumbres, querido!). Se acaba la canción y con ella te acabas tú, amor, ya no eres más que un pequeño susurro que se aleja de mí y, quién sabe, quizás vuelvas otra noche y me desgarres de nuevo, o quizás borre la canción y te esfumes para siempre (aunque ambos sabemos que me seguirá temblando la voz al pronunciar tu nombre, o no).
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